El mundo del renting de lujo no ha visto tan reducido su mercado como se puede pensar. Te explicamos cómo funciona y alguna de sus características.
Son muchos conductores los que sueñan con tener en el garaje el vehículo de sus sueños, modelos que, normalmente, tienen detrás precios que no están al alcance de la mayoría de los bolsillos. A pesar de esto y de que se trata de un segmento pequeño, en la industria del motor siempre hay hueco para esos caprichos de ensueño porque algunos de esos modelos se pueden alquilar… y no durante un rato. Así es el mundo del renting de coches de lujo.
Según los datos de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER) el año pasado se matricularon 3.600 unidades de estos opulentos vehículos. Sin embargo no es una cifra con el suficiente empaque dentro del mundo del renting: sólo representaron el 1,5% de todos los que se comercializaron para el canal de las alquiladoras. Y como siempre, nos encontramos con el segmento de moda: la mayor parte de estos modelos eran SUV.
El mercado del renting de coches de lujo
Aunque el pedazo de pastel que corresponde a los coches de lujo es pequeño, todas las grandes empresas de renting tienen una pequeña parte de su catálogo destinada a este tipo de vehículos. Cuando ofrecen sus servicios a las distintas compañías son propuestas en las que predominan modelos más discretos, pero también incluyen algunos más exclusivos.
Junto a esta opción nos encontramos compañías que apuestan por el lujo y se especializan en él configuran un catálogo en el que sólo podemos encontrar coches de precios prohibitivos… un poco más cerca de nuestro bolsillo. Eso sí, suelen ser modelos de altas prestaciones con un renting a muy corto plazo: los alquileres duran unos cuantos días y no meses o años como en las fórmulas tradicionales.
En otro nivel se mueven compañías como Putnam que ofrecen la posibilidad de acceder a coches de auténtico lujo a cambio de un renting un tanto particular: los clientes deben pagar una cantidad inicial para disfrutar de un alquiler que oscila entre los dos y los cinco años. Cuando termina este período ofrecen la posibilidad de pagar el resto para quedarse con el vehículo, entregar el coche a un concesionario, venderlo para pagar lo que falta o empezar de cero. Y lo cierto es que tienen un tentador catálogo:
Modelo | Pago inicial (dólares) | Mensualidad (dólares) |
---|---|---|
Ferrari 275 GTB | 650.000 | 33.095 |
Ferrari Enzo (2003) | 500.000 | 25.689 |
Ferrari F50 (1995) | 500.000 | 25.689 |
Ferrari F40 | 300.000 | 14.459 |
Mercedes-Benz 300SL Gullwing (1955) | 280.000 | 13.650 |
Porsche 911 ST Rally (1971) | 250.000 | 12.049 |
Así es el cliente de un renting de lujo
Normalmente, detrás del renting de coches de lujo se encuentran directivos y directores generales de grandes empresas que suelen tener las cosas claras. En las fórmulas tradicionales el conductor busca el precio que mejor se adapta a sus necesidades y el modelo pasa a un segundo plano. Cuando hablamos de exclusividad es al contrario: quieren un coche concreto con un color y unos extras específicos así que primero preguntan por él y después se negocia el precio.
El coronavirus: ¿una oportunidad?
Es evidente que la pandemia mundial del coronavirus ha tenido consecuencias a todos los niveles y el renting de coches de lujo no ha sido una excepción. Sin embargo, el sector afirma que no está entre los más perjudicados. A pesar de esta perspectiva, se mantienen cautos porque muchos de sus clientes llegan a título personal y no a través de la empresa en la que trabajan; en este caso sí pueden notar los efectos de la actual crisis. Además está por ver cómo se mantienen a flote estos servicios cuando las compañías tengan que hacer reajustes y, sobre todo, recortes en aquello que no es esencial.
Este artículo fue publicado en Autobild por Elena Sanz Bartolomé.