Cuando se instala varios parlantes en un mismo recinto es muy importante que el sonido que provenga de ellos este bien sincronizado, de lo contrario podría causar un problemas para los oyentes y estos no percibirán con claridad lo que se transmite, y para lograr ello hay que tener en cuenta varios factores para tener un sonido de calidad y se logre el mejor efecto al momento de diseñar e instalar los parlantes. Hay que tomar en cuenta que es un hecho bien conocido de que el sonido no viaja a través del aire instantáneamente, sino, más bien, a una marcha bastante constante, o velocidad. Esta velocidad se define como aproximadamente 344 metros por segundo. A pesar que la velocidad, o rapidez, del sonido varía ligeramente con los cambios de temperatura, humedad, y de la presión atmosférica, las cifras dadas aquí para una temperatura de 21 ° C son adecuadas para nuestros propósitos.
A continuación se muestran simples ecuaciones para determinar el retraso para cualquier distancia dada:
Delay (segundos) = Distancia (metros) / 344
Si preferimos hacer el cálculo en mili segundos la ecuación seria la siguiente:
Delay (mili segundos) = Distancia (metros) * 2.9
En la mayoría de las instalaciones sencillas y bien diseñadas, este retraso puede ser de poco interés. Incluso cuando están sentados a una distancia considerable, los oyentes escucharan el contenido, siempre y cuando la calidad del sonido es adecuada e inteligible. La situación se vuelve bastante diferente, donde la dispersión de patrones de dos o más parlantes se superponen. Si la llegada del sonido más distante es suficientemente tarde, los oyentes escucharan dos señales distintas, eso degrada gravemente la inteligibilidad. Del mismo modo, un eco fuerte en ciertas áreas de asientos tendrá el mismo efecto negativo sobre la articulación clara. El retardo acústico es un hecho de la vida, un importante factor que debe tenerse en cuenta al diseñar un diseño práctico para el sistema de parlantes. Si bien en el diseño de parlantes debe evitarse grandes diferencias entre los tiempos de llegada en cualquier posición de escucha, es bueno saber que la facultad maravillosa del oído-cerebro de cada oyente funciona a nuestro favor. Un sonido coherente que llegue hasta 35 milisegundos más tarde que el sonido original todavía es aceptado por la corteza auditiva de nuestro cerebro como un solo sonido. Esto sugiere que los parlantes pueden estar separados por un máximo de 12,19 metros antes que el retardo de sonido se convierta en una seria amenaza para la inteligibilidad. Las diferencias en los tiempos de llegada mayores de 35 milisegundos pueden requerir algún tipo de retardo de la señal. Además, hay que tener en cuenta que la cantidad de interferencia varía significativamente con la diferencia del nivel entre la señal directa y sonidos retardados. A medida que el nivel de sonido de la señal retardada disminuye, se hace gradualmente imperceptible. En general se acepta un retraso señal de 25 dB-SPL o más, por debajo de la señal principal, esto puede tener un efecto limitado sobre la inteligibilidad.
Algo que tenemos que tomar en cuenta al sincronizar los parlantes será la potencia de cada uno de ellos, esta característica de cada parlante es importante en el diseño de sonido, porque un mal manejo de las potencias puede producir una amenaza a la inteligibilidad. Hablando sobre la potencia de cada parlante, existen muchas formas de especificarlas, cada una con distintas interpretaciones. La potencia media máxima o continua se refiere al límite sin que se queme por exceso de calentamiento, esta también se conoce como RMS. La potencia máxima de programa es el límite que puede soportar en momentos muy cortos. Es una medida que usa una señal de prueba que se aproxima a un programa sonoro normal. En general es mayor que la potencia media, a veces más del doble. La potencia de pico máxima es el máximo valor instantáneo de potencia que puede aplicarse en un momento antes de dañarse. La potencia PMPO es el valor de pico que soporta una bocina en un tiempo extremadamente pequeño (menos de 1 s). Este es el valor que manejan algunos equipos domésticos para hacerlos muy atractivos al consumidor. De estas medidas, nos interesan las primeras dos que nos aportan datos más reales. Por ejemplo un parlante que tenga la especificación de 200 W continuos y 500 W en programa nos permite determinar el amplificador requerido para ella, uno de 500 W. Es decir, la indicación de la potencia de programa es la adecuada para igualar el amplificador. Cuando es para sistema de alta impedancia (70 V) indicará que la potencia es para este sistema.