Cuando éramos niños, montar en un submarino era un sueño casi inalcanzable. Hoy en día existen todo tipo de submarinos personales y cualquiera puede comprar uno, si tienes dinero para pagarlo. El problema es que pilotar o meterse en un submarino, supone un riesgo. Un peligro que desaparece por completo con EGO, la balsa eléctrica que también es un semisubmarino.
Por encima de la superficie, EGO parece una apacible balsa para flotar sobre la superficie del mar, o tomar el sol. Pero en la parte sumergida hay un semisubmarino, que nunca se desprende de la balsa. Permite ver los fondos marinos a un metro y medio de profundidad.
Por tanto no sirve para explorar los fondos profundos, cierto, pero es suficiente para explorar los fondos marinos de las costas, o los arrecifes de coral. En este vídeo puedes ver cómo funciona:
Al estar unido a la balsa, no hay peligro de que se hunda o de que perdamos el control y terminemos en el fondo del mar. Es igual de seguro que cualquier barco.
Una trampilla en la parte superior de la balsa, da acceso al interior del submarino. La balsa se puede controlar desde el interior, con los mandos que hay en la cabina. Una cámara muestra lo que hay en la superficie. Además posee un sonar que avisa si estamos demasiado cerca del fondo marino, para evitar chocar.
Si se desea, se puede controlar con un mando remoto desde fuera de la balsa. Y además posee una cámara acuática de 360 grados para grabar todo lo que veamos.
Se mueve mediante dos motores eléctricos de 3 caballos cada uno, con una velocidad de crucero de 2 nudos (a media carga), y una velocidad máxima de 3 nudos. La carga máxima que acepta es 330 Kilos, así que puede llevar hasta 3 personas, aunque en el semi submarino solo caben dos.
Sorprende su elevada autonomía, que alcanza las 8 horas. Aguanta una jornada completa en la playa.
El semi submarino personal EGO tiene un precio que ronda los 50.000 euros. Puedes encontrar más información en su página web.