Sony ZV-1, análisis y opinión | Tecnología

Sony lo intentó con las RX100 y volvió a probar suerte con las Alpha de la serie 6000. La compañía lleva tiempo ofreciendo alternativas para los creadores de vídeo. Ahora parece haber encontrado la fórmula perfecta para cubrir las necesidades de youtubers, vloggers y demás creadores de contenido en vídeo: es la nueva ZV-1, disponible por 799 euros.

Por su tamaño compacto y ligero, la Sony ZV-1 se inclina hacia el segmento de sus cámaras compactas avanzadas RX100, pero la marca nipona ha vitaminado su interior con la eficiencia en el enfoque que ha hecho famosas a las cámaras más profesionales de la marca.

El resultado es una cámara muy compacta que poco tiene que envidiarle, a nivel de enfoque y prestaciones de vídeo, a las cámaras más avanzadas de Sony. No pierdas detalle de este análisis en el que te descubrimos si merece la pena invertir los 799 euros que cuesta la Sony ZV-1.

  Sony ZV-1
Dimensiones 105,4 x 60 x 43,5 mm | 209 gramos
Sensor CMOS Exmor RS | 1 pulgada | 20,1 Mpx
Pantalla LCD 7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico táctil | 921.600 puntos
Sistema de enfoque Automático híbrido (enfoque detección de fase/contraste) | 315 puntos de enfoque
Lente 24-70 mm | f/1.8 – f/2.8
Autonomía Hasta 260 disparos o 45 minutos de vídeo
Conectividad Wi-Fi | Bluetooth 4.1 | jack de 3,5 mm para micrófono | micro HDMI | micro USB 2.0 
Precio 799 euros

Resumen del análisis por apartados:

Las Sony RX100 se hacen youtubers

Sony ha abierto la veda en un sector muy específico de las cámaras compactas para la creación de vídeo, y lo hace con una cámara muy compacta y ligera que cubre a la perfección las necesidades de una cámara de bolsillo para viajes, orientada a grabar contenidos de vídeo principalmente.

A poco que se conozca el catálogo de cámaras de Sony, al ver a esta pequeña Sony ZV-1 es inevitable que surjan las comparaciones con la gama RX100 ya que la propia Sony ha estado buscando el acercamiento de esta gama de cámaras al nicho que ahora quiere cubrir la ZV-1.

En cuanto a diseño encontramos una cámara que sigue las líneas habituales en las RX100 –e incluso en sus compactas HX90— mostrando unas dimensiones muy compactas con solo 105,4 x 60 x 43,5 mm y 290 gramos de peso.

 

Para conseguir mantener el peso, Sony ha optado por prescindir de la aleación de magnesio que encontramos en el cuerpo de las RX100 y se ha acercado a las HX90 apostando por un cuerpo de policarbonato que, aunque se aprecia de buena calidad, no transmite ese toque premium de las compactas con sensor de 1 pulgada de Sony.

Esto la convierte en una cámara perfecta para hacer grabaciones de vídeo “cámara en mano” durante viajes o al cubrir eventos. Un segmento en la que la Sony ZV-1 se posiciona como la opción más interesante del momento.

La ergonomía juega un papel muy importante en el diseño de la Sony ZV-1 que, aunque pueda parecer un tanto monolítica, integra una pequeña empuñadura de goma en el frontal y añade un soporte también de goma en la esquina superior de la trasera para acomodar el pulgar y mejorar el agarre.

A partir de esta posición de la mano, Sony ZV-1 distribuye todos sus elementos y botones para facilitar el acceso a los botones y facilitar la instalación de accesorios. Esto que tanto lentes como otros elementos parezcan desplazados hacia la izquierda, en lugar de ocupar el espacio central que habitualmente ocupan en las cámaras compactas de la marca nipona.

En la parte superior, cerca de la empuñadura, se agrupan la mayoría de los botones de la cámara. Destacan el botón de disparo del obturador con el anillo móvil para el zoom integrado que sobresale ligeramente sobre la propia carcasa, de forma que puede encontrarse fácilmente incluso sin mirar.

Una de las novedades de la Sony ZV-1 que estamos analizando es la integración de un botón dedicado a la grabación de vídeo con un tamaño equivalente al del botón de disparo y destacado con un anillo de color rojo que lo diferencia del resto.

Con un menor tamaño encontramos una pareja de botones que correspondientes al encendido y apagado de la cámara y al activador de modos de disparo de la cámara. Tampoco falta un botón de acceso directo personalizable –lo que ZV-1 denomina botones C—, que en origen tiene asignada la función Desenfoque de fondo que detallaremos en su correspondiente apartado más adelante.

En una posición ligeramente desplaza del centro y ocupando el espacio donde habitualmente se ubicaría el flash, encontramos el micrófono integrado de la Sony ZV-1, protegido por una cubierta microperforada que lo protege al tiempo que permite la captación del sonido.

Este cambio del flash por un micro integrado refuerza la orientación que la Sony ZV-1 tiene hacia la grabación de vídeos por encima de las prestaciones fotográficas.

Junto al micrófono, se ubica la zapata activa desplazada al lateral izquierdo que permite la conexión de flashes, focos, o micrófonos externos de cañón intercambiando información con la cámara.

La trasera tampoco está exenta de novedades. La más destacada es sin duda la integración de una pantalla abatible y giratoria de 3 pulgadas con 921.600 pixeles de resolución que se despliega y gira hasta 270°para usarla como visor – dado que carece de visor electrónico propio— o para monitorizar el enfoque cuando el usuario se graba a sí mismo.

Con el simple hecho de desplegar la pantalla la cámara se enciende para empezar a funcionar, detalle que encaja a la perfección con la filosofía de esta cámara, perfecta para sacarla del bolsillo y empezar a grabar directamente.

Al incorporar una pantalla giratoria, la Sony ZV-1 permite colocar la pantalla hacia el cuerpo, de forma que, al guardarla, el cristal de la pantalla queda mucho más protegido frente a arañazos o impactos cuando se lleva la cámara suelta en un bolso o mochila.

A la derecha de la pantalla y perfectamente accesibles al pulgar, encontramos los habituales botones que tan bien funcionan en las Sony RX100. Se trata de cuatro botones dispuestos alrededor de una rueda con un botón central.

A través de estos botones se accede a los menús de configuración de la cámara, o a distintas pantallas desde las que modificar los ajustes rápidos de disparo o revisar las fotos y vídeos que has hecho. El pequeño tamaño de estos botones puede suponer un problema si tienes las manos grandes ya que su reducido tamaño dificulta su uso.

La rueda, además de girar para navegar y seleccionar funciones, integra cuatro funciones adicionales que se activan al pulsar en sus laterales o en la parte superior e inferior a modo de cruceta.

Al igual que en la parte superior, en la trasera también encontramos un botón C2 personalizable que en origen tiene asignada la función Presentación de producto que desgranaremos con más detalle en el apartado de enfoque.

Si continuamos por el lateral derecho, aquí encontramos las tapas que ocultan el conector minijack para micrófonos externos, conector microUSB 2.0 para accesorios y carga de la batería, y un microHDMI para conectar la cámara a un monitor externo o directamente a un ordenador y convertirla en una webcam para transmitir contenido.

En la base de la cámara encontramos una pequeña compuerta en la que se aloja una pequeña batería y la tarjeta de memoria. Justo a su lado encontramos la rosca de anclaje para el trípode.

El hecho de que este anclaje esté literalmente pegado a la tapa de la batería obliga a desmontar la cámara del trípode cada vez que necesitas cambiar la batería o la tarjeta de memoria algo que, como más adelante detallaremos, sucederá a menudo durante la grabación.

En definitiva, la Sony ZV-1 es una cámara compacta y ligera que hereda todo lo aprendido por Sony durante años de desarrollo de sus RX100, y lo enfoca a la creación de vídeo ofreciendo botones de acceso directo a funciones importantes en ese ámbito.

La pantalla lateral abatible y giratoria da respuesta a años de peticiones por parte de los usuarios, ya que Sony se empeñaba en apostar por las pantallas abatibles que no terminaban de ser cómodas a la hora de hacerse selfies o autograbarse. En un concepto de cámara para vlogging como es esta Sony ZV-1, esta pantalla desplegable y giratoria es casi imprescindible.

Una cámara sencilla hasta que llegas a los menús

La Sony ZV-1 es una cámara muy enfocada a la grabación de vídeo sin complicaciones, hasta el punto que pueden lograrse resultados con una calidad muy alta con todos los modos en automático y con solo abrir la pantalla para empezar a grabar.

Sin embargo, toda esa sencillez de uso se pierde al entrar en los laberínticos menús de las cámaras Sony. Ese es uno de los históricos puntos débiles de Sony ya que el usuario deberá enfrentarse a un enorme menú de opciones por los que tendrá que navegar cada vez que quiera cambiar alguno de sus ajustes.

Es habitual que un usuario poco habituado a estos menús deba ir pasando una a una las 12 pantallas que Sony dedica solamente a los ajustes de calidad y disparo, o las 9 pantallas dedicadas al ajuste de los modos de vídeo para encontrar el ajuste que necesita cambiar.

A pesar de ser una cámara en la que, al carecer de visor electrónico, la pantalla cobra un especial protagonismo, Sony no ha incrementado las funciones táctiles de su pantalla, que se mantienen limitadas a indicar el punto de enfoque. Apostar por una pantalla con más funciones táctiles al estilo de un smartphone habría sido todo un acierto en la Sony ZV-1.

Esto dificulta la navegación por los menús de configuración cuando la pantalla se encuentra desplegada y orientada al frente, obligando al usuario a operar a ciegas unos botones ubicados en la trasera.

La descripción de cada función tampoco es la más sencilla y explicativa para los usuarios menos expertos en el manejo avanzado de una cámara, que es precisamente a quienes va dirigida esta Sony ZV-1 que estamos analizando.

Sony parece ser consciente de ello y, al menos, ha habilitado una breve descripción de cada opción al seleccionarla y pulsar el botón “Borrar” para dar alguna pista al usuario sobre el uso de cada función.

Esto nos deja una cámara con muchas contradicciones en este aspecto, ya que puede llegar a ser un laberinto para los usuarios inexpertos, mientras que los más expertos encontrarán todas las opciones para configurar hasta el mínimo detalle del funcionamiento de la cámara, incluyendo funciones avanzadas como el uso de cebras para la exposición, picos de enfoque o perfiles logarítmicos para el color.

La conectividad de la Sony ZV-1 es muy completa ya que cuenta con Bluetooth 4.1 y WiFi b/g/n con soporte para redes 2,4 GHz. Sin embargo, no dispone de NFC que resultaría muy útil para facilitar la configuración de la conexión con otros dispositivos.

La utilidad de esta conectividad en una cámara es permitir conectarla fácilmente con la aplicación Imaging Edge Mobile instalada en un smartphone, tableta u ordenador y controlar la cámara de forma remota, así como vincularla con otros accesorios como detallaremos más adelante.

El enfoque de una Alpha 9 II en formato de bolsillo

Una de las claves del éxito de ventas de las últimas cámaras de Sony es, sin duda alguna, la eficacia de su sistema de enfoque, hasta el punto de ser una de las marcas preferidas por los youtubers, videologgers y creadores de contenido.

El sistema de enfoque al ojo incluido en la SonyZV-1, por ejemplo, ofrece un nivel de precisión tan alto como para que este tipo de usuarios confíen algo tan importante como es el enfoque de sus vídeos a un sistema automático.

Por lo tanto, tiene todo el sentido que esta Sony ZV-1para youtubers y creadores de contenido también integre todos esos sistemas de enfoque que tantas alegrías ha dado a las ventas de cámaras Sony.

Partimos de una base que Sony conoce muy bien ya que lleva años integrándola en sus cámaras RX100. No es otra que la combinación de un sensor CMOS Exmor RS de 1 pulgada y 20,1 megapíxeles de resolución, trabajando de forma conjunta con un procesador de imagen BIONZ X.

Sony también incluyó esta combinación en la RX100 VII lo cual le ha servido como laboratorio para afinar el sistema de enfoque para esta Sony ZV-1 y aportar importantes novedades para un producto tan enfocado al vlogging como es este.

No solo hablamos de funciones como el enfoque al ojo o enfoque al rostro que mantiene enfocado en todo momento al sujeto en pantalla, sino a funciones específicas como la que Sony ha denominado Presentación de producto.

Los análisis y reviews son uno de los contenidos más habituales en YouTube y otras plataformas de vídeo, por lo que es habitual tener que mostrar al espectador algún detalle del producto que se está analizado.

La forma más instintiva de hacerlo es, simplemente, acercando el objeto a la cámara, momento clave ya que el sistema de enfoque debe liberar el enfoque del presentador y fijarlo en el producto que está mostrando. Este es uno de los puntos clave, ya que pone a prueba el sistema de enfoque y solo unas pocas cámaras consiguen superar este duro examen de forma más o menor digna.

En cambio, al activar esta función Presentación de producto en la Sony ZV-1 el sistema de enfoque adquiere una endiablada capacidad para activar sus 315 puntos de enfoque y consigue detectar los objetos en sólo 0,03 segundos para enfocarlo con precisión. Al retirarlo, el foco vuelve con la misma velocidad y precisión al presentador gracias al sistema de enfoque al ojo.

Los resultados obtenidos en nuestras pruebas han sido espectaculares, llegando a enfocar sin problemas objetos de pequeñas dimensiones como un lápiz o una moneda, a una distancia de menos de 10 cm y con una precisión y rapidez que supera ampliamente a las que muestran las Sony Alpha 7 III de formato completo, tan populares entre los creadores de contenido.

Aunque la Sony ZV-1 que estamos analizando está muy orientada al apartado vídeo, no hay que olvidar que no deja de ser una cámara de fotos, por lo que además aporta funciones de disparo en ráfaga impresionantes que llegan hasta las 24 fotos por segundo manteniendo el foco por seguimiento, con un buffer de hasta 172 fotos.

Esto hace que la Sony ZV-1 no solo se posiciona como una de las mejores opciones del mercado para autograbarse, sino que también la convierte en una cámara de bolsillo muy capaz.

Como ya hemos comentado, el sistema de enfoque de la Sony ZV-1 se gestiona tocando sobre la pantalla, por lo que basta con tocar sobre lo que se quiere enfocar para fijar el punto de enfoque.

Por otro lado, la Sony ZV-1 que estamos analizando mantiene las mismas variantes de detección que habitualmente encontramos en las cámaras de Sony, pudiendo dejar la función en modo automático, asignar zonas para enfocar o fijar un punto de enfoque manualmente.

Con respecto a las RX100, la ZV-1 de Sony prescinde del anillo de enfoque que permitía ajustar el enfoque manual girando el anillo sobre la lente como habitualmente se hace en un objetivo, por lo que ahora la rueda trasera se encarga de esta función que no resulta ni muy cómoda ni natural para su manejo.

Imagen estabilizada, pero no es la función que más brilla

Contar con una buena estabilización es una característica muy importante en una cámara tan orientada a la creación de contenido para YouTube o videovlogs, dado que muchos de ellos son contenidos en movimiento.

La Sony ZV-1 cuenta con un sistema de estabilización SteadyShot similar al que encontramos en las Alpha 6500 p Alpha 6600, al menos en lo que a eficiencia se refiere, siendo tremendamente útil para arrancarle unos pasos al obturador consiguiendo fotos bien enfocadas incluso cuando se camina por los límites de la larga exposición, sobre todo cuando se combina con el filtro ND integrado.


Sony Alpha 6600 es el modelo más avanzado de la gama de cámaras sin espejo con sensor APS-C de Sony. Una cámara para usuarios semiprofesionales que integra las principales prestaciones de una Sony A7 con un precio y tamaño más ajustado.

Sin embargo, para tratarse de una cámara para vlogging y con un sensor de 1 pulgada, nos parece que Sony podría lograr algunos pasos más de estabilización.

Esta es, junto a la pantalla y los menús, una de las asignaturas pendientes que a Sony siempre se le queda en el tintero y en nuestra opinión esta habría sido una ocasión de oro para que Sony sacase músculo en este apartado logrando una estabilización más sólida.

Esto no significa que la estabilización no esté presente, que lo está y se nota cuando se activa, pero no termina de eliminar la vibración natural que se produce al caminar mientras se graba cámara en mano. Algo que los vloggers de viajes y eventos hacen constantemente mientras muestran los lugares que visitan.

De hecho, el menú de estabilización de la Sony ZV-1 permite tres niveles de estabilizado: Apagado, Estándar y Activo.

La opción Estándar activa el estabilizador óptico que, si bien es cierto que reduce considerablemente la trepidación de la imagen, no consigue eliminarla, quedando una imagen poco profesional. Sí puede ser más que suficiente para paneos o escenas estáticas incluso sin trípode, ya que el estabilizador óptico consigue minimizar ese ligero movimiento al sostener la cámara en mano.

En este punto es precisamente donde nos parece que Sony debería haber implementado un sistema de estabilización más contundente sobre el sensor, algo que consiguen sus principales rivales en este segmento como son Olympus y Panasonic en sus cámaras de micro cuatro tercios con un sensor ligeramente más grande.

El modo de estabilización Activa combina estabilización óptica y digital, por lo que se aplica un recorte al muestreo del sensor, jugando en contra de la ya ajustada longitud focal que ofrecen las lentes de esta Sony ZV-1 que estamos analizando.

Este sistema de estabilización Activa sí consigue crear un movimiento más fluido, pero a cambio introduce vibraciones y distorsiones en la imagen, reduciendo la calidad de imagen final.

Además, dado que el modo de estabilización Activa debe procesar toda la información que recoge el sensor para corregirla, no se activa cuando se utilizan resoluciones con una alta tasa de datos, como en el ajuste con calidad 1080p a 100 fps y 100 Mbps o 60 Mbps.

Buen rango focal, vídeo en 4K a 25 fps y filtro ND integrado

Llegamos a uno de los apartados con más peso dentro de este análisis y opinión de la Sony ZV-1: ¿qué calidad de imagen ofrece la lente que monta la cámara para vlogging de Sony?

Sony no ha arriesgado demasiado en este aspecto, y la calidad de imagen que se obtiene es prácticamente la misma que obtendríamos con las RX100. Desde este enlace puedes descargar las fotos originales que podrás descargar para valorar por ti mismo su calidad de imagen. 

En concreto, la nueva cámara de Sony monta la lente 24-70 mm (equivalente en 35 mm) con apertura de f/1.8 a f/2.8 firmado por Zeiss que ya montaba la RX100 V. Este grupo de lentes, unido al mismo procesador y sensor de 1 pulgada que también monta la Sony ZV-1.

Existe una cierta polémica sobre la focal perfecta para crear contenido para vlogging, y muchos consideran que los 24 mm son una focal demasiado larga para situar la cámara a unos 50 cm del presentador, quedando un encuadre algo cerrado.

Sin embargo, esta focal se sitúa en el límite de las lentes gran angular, y al montar una lente más corta se corre el riesgo de empezar a notar deformaciones en la imagen y el conocido como efecto barril que encontramos en las lentes angulares de las cámaras selfie de los móviles.

Es cierto que Sony podría haber ajustado un poco más con una lente de 20 mm –lo cual ya daría más aire al encuadre—pero creemos que menos de eso ya sería una elección arriesgada.

Tanto a nivel fotográfico como de vídeo, el tratamiento del color de las imágenes que hemos obtenido es de muy buena calidad, manteniendo un buen equilibrio en su nivel de detalle y sin caer en un exceso de saturación de los colores, pero manteniendo un buen contraste.

La cámara vlogging de Sony gestiona bien el nivel de ruido hasta los 4.000 ISO, obteniendo un buen balance de blancos incluso en escenas nocturnas realmente complicadas en las que se suma una luz escasa con dos temperaturas de luz distintas.

El rango dinámico en los colores es bueno para tratarse de un sensor de estas características. En ocasiones tiene serios problemas para establecer el nivel de exposición correcto y tiende a subirlo demasiado provocando unos cielos blanquecinos e imágenes algo sobreespuestas en escenas en la que existen distintas intensidades de luz.

Los más expertos agradecerán que la Sony ZV-1 incluya soporte de grabación en perfiles logarítmicos con los que se logra un mayor rango dinámico ya que la cámara almacena toda la información de luz de la imagen para luego facilitar los ajustes de color en postproducción.

Esto se acentúa al activar la función Prioridad al rostro, en la que fija el autoenfoque en los rostros identificados para exponer la escena a partir de esa luz. De ese modo se evita que la cara del sujeto quede a oscuras, pero se corre el riesgo de que todo el fondo quede sobreexpuesto y los cielos quemados.

Esta función resulta especialmente interesante a la hora de grabar a pleno sol. En estos casos, usar un filtro ND permite grabar con una velocidad de obturación adecuada manteniendo un cierto desenfoque del fondo.

En general, la SonyZV-1 obtiene un buen tratamiento del color, con una mejora en los tonos de piel que ahora han bajado de intensidad para lucir más naturales y se ha añadido un modo belleza como el que encontramos en los smartphones, pero aplicado en tiempo real sobre vídeo.

Ni que decir tiene que esta función resta toda fidelidad y definición a las pieles, dejándolas lisas y con una textura de porcelana totalmente irreal.

Como ya hemos visto, la compacta de Sony para vídeo aporta algunas novedades en el procesado de las imágenes con mejoras muy llamativas. Una de las más destacadas es el modo Desenfoque del fondo –que cuenta con un botón de acceso directo C1 en la parte superior— con el que se consigue un efecto Bokeh muy natural en el fondo haciendo destacar al sujeto.

Muchos pueden pensar que a estas alturas ese efecto ya no sorprende a nadie ya que la mayoría de los smartphones ya lo hace con el modo retrato.

La diferencia es que la ZV-1 de Sony lo consigue de forma óptica, y no mediante inteligencia artificial o cualquier otro método de fotografía computacional, obteniendo un resultado mucho más natural.

¿El truco para lograrlo? Pues no es otro que un atajo que activa la prioridad de apertura a la mínima posible en la focal en la que se encuentre, ajustando de forma inmediata el resto de valores ISO y de obturación para obtener la misma exposición, pero con una profundidad de campo menor. Integrar esta función desenfoque del fondo en un botón de activación directa simplifica este ajuste a los usuarios más inexpertos que no tienen los conocimientos de vídeo.

El procesador permite grabación de vídeo en 4K a 25 fps con una tasa de datos de 100 y 60 Mbps y en 1080p hasta 120 fps con una tasa de 100 Mbps.

Una de las mejores noticias para los creadores de contenido será conocer que la cámara para vlogging de Sony no tiene límite de tiempo en la grabación de vídeo, y es capaz de grabar clips más allá de los 30 minutos que tienen como límite muchas cámaras.

Cabe destacar que al grabar a 4K durante un cierto tiempo la cámara se calienta, pero en ningún momento se ha llegado a apagar a causa de la temperatura. Algo habitual en otras cámaras. También es cierto que al desplegar la pantalla se mejora la disipación del calor.

En definitiva, la Sony ZV-1 ofrece una calidad de imagen muy buena de base, que la marca ha marca nipona ha vitaminado con algunas opciones automatizadas para, con solo pulsar un botón, aplicar ajustes de imagen avanzados con los que mejorar el aspecto de los vídeos.

Tiempo limitado de uso impuesto por una batería pequeña

La autonomía de la batería es una de las limitaciones más habituales en este tipo de cámaras compactas. Es sencillo de explicar: una batería con un tamaño reducido ofrece poca capacidad para almacenar energía.

Teniendo en cuenta que la cámara de Sony ha prescindido del visor electrónico, está obligada a hacer un uso intensivo de la pantalla, lo cual no ayuda en absoluto al ahorro de la batería.

Si a esto le sumamos la eficiencia del sistema de enfoque, que se mantiene siempre alerta para cambiar el foco, y el sistema de lentes motorizadas que monta la SonyZV-1 que tenemos entre manos, el resultado no puede ser otro que una autonomía de uso corta.

Según Sony, esta autonomía puede llegar a ser de hasta 75 minutos, pero en la práctica, a duras penas llega a los 45 minutos de uso continuo, lo cual resulta bastante limitante para el usuario ya que le obliga a llevar siempre varias baterías, y a desmontar la cámara del trípode o soporte para reemplazarla.

Por suerte, Sony ha implementado soporte de carga externa, de forma que es posible conectar una powerbank o batería externa de mayor capacidad y, o bien recargar la batería en movilidad, o bien funcionar tomando la energía directamente de la batería portátil.

En este sentido, Sony podría haber optado por incorporar un sistema de carga rápida para compensar la escasa duración de la batería de la ZV-1, estrategia muy habitual en los smartphones con la que se reducen los tiempos de carga para volver de nuevo al trabajo en el menor tiempo posible.

Un micrófono integrado muy solvente y opciones para micro externo

El sonido es una parte importante del contenido destinado a YouTube u otras plataformas, por lo que contar con un micrófono de calidad contribuye a que los vídeos tengan un aspecto más cuidado y profesional.

En este sentido Sony ha jugado muy bien sus cartas y se ha sacado de la manga un micrófono integrado de triple cápsula que consigue captar a la perfección el sonido desde la zona frontal de la cámara. Lo cual lo convierte en la opción perfecta para autograbarse sin complicaciones.

Además, este micrófono utiliza la tecnología de reducción de ruido para eliminar parte del sonido ambiente, algo que no siempre consigue de forma eficaz con elementos muy cambiantes como el tráfico o las conversaciones de quienes pasan a tu lado mientras caminas, pero que sí contribuye a mejorar la calidad general.

Aunque la parte superior de la cubierta del micro se encuentra microperforada para evitar al máximo la creación de ruido producida por el viento, es inevitable que se meta algo del ruido del viento, algo que Sony termina de solventar añadiendo un filtro cortavientos.

Este filtro se instala en la zapata de la cámara y cubre el encapsulado del micrófono neutralizando de una forma sorprendentemente eficaz la incidencia del viento sobre el micrófo, al tiempo que le da a la cámara un aspecto muy curioso y divertido con esa especie de flequillo revuelto.

Por lo tanto, a priori, no necesitas invertir en nada más para autograbarte y obtener una buena calidad de sonido. Eso sí, es más que recomendable llevar siempre el filtro antiviento instalado ya que marca una gran diferencia, sobre todo en exteriores donde una inesperada ráfaga de viento puede arruinar un audio de calidad.

No obstante, si por distancia o para conseguir una mayor calidad, quieres instalar un micrófono externo, puedes hacer uso del conector jack para micrófono externo integrado en el lateral de la SonyZV-1, anulando así la captación del micro integrado. Ambas opciones ofrecen muy buena calidad, pero está bien que Sony no se haya limitado al micro interno y permita elegir la fuente de sonido.

Contenido extra: Trípode Bluetooth con control de grabación Sony GP-VPT2BT

Siempre es mejor grabar en equipo, por lo que esta cámara para vlogging no viene sola, sino que Sony ha lanzado un accesorio casi imprescindible para esta cámara que se vende por separado.

Se trata del mini trípode Sony GP-VPT2BT que cuesta unos 159 euros y cumple varias funciones de gran utilidad para vloggers y youtubers.

La más evidente es la de un trípode compacto que mantiene la cámara estable y perfectamente orientada al presentador gracias a dos botones en la base de la rótula que le permiten inclinar la cámara y rotarla.

La segunda función de este trípode compacto Sony GP-VPT2BT es servir de palo selfie compacto. De ese modo, se hace más cómodo el agarre y se mejora la estabilidad a la hora de sostener la cámara al autograbarse. Además, al añadir algunos centímetros más de distancia entre la cámara y el sujeto, el encuadre se abre un poco más dejando un plano con más aire alrededor.

La tercera utilidad de este complemento para la Sony ZV-1 es la de control remoto para las funciones de la cámara.

Este se conecta con la cámara vlogging de Sony mediante Bluetooth y, gracias a sus botones integrados en la empuñadura, permiten activar la grabación de vídeo, el disparador de fotos para los selfies, controlar el zoom de la cámara o activar el botón C1 que por defecto viene configurado para la función Desenfoque de fondo.

También incluye un botón de bloqueo que impide que se puedan accionar estos botones por accidente al sujetarlo, algo que nos ha pasado con el zoom al cambiar la cámara de mano ya que este control sobresale del resto.

El trípode para agarre tiene una longitud de 173 mm plegado para usarlo como agarre y permite elevar la cámara 133 mm cuando se despliegan sus tres patas. Todo ello con solo 215 gramos de peso.

Sin duda este trípode es el compañero perfecto para la SonyZV-1 ya que mantiene su filosofía compacta y permite dejar la cámara sobre cualquier superficie plana para crear planos estáticos o proporcionar un agarre más confortable para los planos en movimiento, manteniendo siempre a mano los controles principales de la cámara.

Sony ha dado en el clavo con una cámara compacta para la creación de vídeo

El contenido de vídeo ha crecido a un ritmo frenético durante los últimos años, y se ha ido creando una masa cada vez más numerosa de usuarios que reclamaba una cámara compacta y ligera que permitiera grabar vídeo de calidad sin demasiadas complicaciones.

Tener un canal en YouTube o en cualquier otra plataforma de contenido de vídeo no te hace un experto en tecnología y no todo el mundo estaba dispuesto a cargar todo el día con una pesada y sofisticada cámara de objetivos intercambiables para crear vídeos o vlogs.

Es ahí donde Sony ha dado en el clavo al ofrecer una cámara con todas las funciones a nivel de calidad de imagen y precisión en el enfoque que estos usuarios ya encontraban en las cámaras APS-C, de formato completo e incluso en sus compactas avanzadas, pero con una filosofía mucho más centrada en la creación de vídeo.

Lo cierto es que Sony ya contaba con gran parte de la materia prima que necesitaba en sus RX100, pero le ha dado una vuelta a su diseño aportando un valor añadido con la pantalla desplegable articulada y las funciones adicionales para vídeo.

Mención especial para la endiablada velocidad y precisión en el enfoque del modo Presentación de producto, función que sin duda será crucial en la decisión de compra para muchos vloggers y youtubers que buscan una segunda cámara ligera para crear contenido con la misma calidad que con su equipo habitual cuando salen de viaje o asisten a eventos.

No todo son luces en esta cámara. El sistema de estabilización, aunque funcional, no termina de ser del todo sólido para una cámara concebida para viajar ligero.

Nos ha dejado con ciertas dudas la tendencia a sobreexponer las escenas con diferentes intensidades de luz, aunque en su descarga hay que reconocer que la prioridad de exposición al rostro lo ajusta bien, y consigue que las caras siempre aparezcan bien expuestas aunque sea a costa de quemar los fondos.

La elección de los materiales también puede ser discutible, ya que supone un gran cambio de calidades al pasar de las RX100 con su tacto metálico, a esta ZV-1 construida en policarbonato. Bien es cierto que este cambio tiene su reflejo en el precio final de la cámara.

Precisamente su precio puede desconcertar en un primer momento, ya que pagar 799 euros por una “cámara compacta” puede parecer excesivo de entrada.

Sin embargo, cuando se tiene en cuenta que las últimas RX100 con las que comparte el 95% de las funciones se sitúan por encima de la franja de los 1.000 euros, y que la Sony ZV-1 incluye todo lo que necesitas para empezar a grabar contenido desde el primer minuto sin necesidad de comprar de un micrófono externo, el precio ya no parece tan descabellado.


Sony ZV-1 es una cámara compacta avanzada diseñada como cámara para vlog y creación de vídeos por contar con una pantalla desplegable y funciones específicas para vídeo.

En el mercado existen varios modelos que pueden considerarse como cámaras compactas para vlogging pero, o bien son con objetivos intercambiables, como las Olympus OM-D E-M10 III por unos 525 euros, o pierden ese formato compacto y ligero como las Panasonic G90 que disparan su precio por encima de los 1.050 euros.

En definitiva, si buscas una cámara con la que empezar tu andadura como vlogger o youtuber sin hacer una gran inversión, o quieres complementar tu equipo con una cámara secundaria que te permita viajar ligero y crear vídeos de muy buena calidad, la mejor opción como cámara de vlogging en 2020 ya tiene nombre propio y se llama Sony ZV-1.

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