El cambio al estándar global WLTP llega a España el 1 de enero y tendremos más información sobre el consumo de los vehículos.
Tras este año en el que no se han podido activar numerosos servicios y novedades en todos los ámbitos de nuestras vidas, habrá muchas novedades de cara a 2021. Desde la DGT tendremos un importante cambio a partir del 1 de enero, ya que el WLTP sustituirá al NEDC. Si no sabes a qué nos referimos, no te preocupes, vamos a contártelo.
Hoy día se utiliza en nuestro país el NEDC: New European Driving Cycle. Este es el sistema que realiza una evaluación del impacto medioambiental que tienen nuestros vehículos, pero que se encuentra en desuso. Desde la DGT se va a actualizar al estándar que más se utiliza a nivel mundial: WLTP (World Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure).
La WTLP sirve para medir lo que contaminan los vehículos sean del tipo que sean: diésel, gasolina, eléctricos, híbridos o de gas, según informa la DGT.
Más de 1.000 páginas tiene esta nueva normativa de evaluación cuyo objetivo es realizar un cálculo más ajustado a la realidad en cuanto al consumo y la emisión de CO2 que tiene cada vehículo. Y se espera que sea al alza sobre lo estimado actualmente, ya que los «expertos calculan que el paso del ciclo antiguo al nuevo supone un incremento de hasta el 25% en las mediciones de consumos y emisiones de CO2, dependiendo del vehículo«.
Uno de los problemas detectados con la NEDC es que no se ajustaba al modo de conducción que tiene la gente y se basaba más en estimaciones que reproducciones reales sobre cómo se desplaza el vehículo por ciudades y carreteras.
Además, existía un problema que desvirtuaba las estimaciones del impacto medioambiental. A la hora de realizar las pruebas se permitían una serie de libertades a los fabricantes que ahora estarán prohibidas, como pueden ser «retirar los asientos para reducir peso, eliminar los retrovisores para reducir la resistencia al aire y sobreinflar los neumáticos o desconectar la batería con el fin de ahorrar combustible«.
Entre las consecuencias que traerá esta nueva normativa se encuentra el posible encarecimiento de algunos vehículos que pasen a calificarse como más contaminantes que en la actualidad. Esto puede suponer que reciban menos ayudas, problemas en el futuro para acceder a ciudades y otras trabas que se ponen con el objetivo de buscar un futuro más sostenible.